El Valencia, con una economía de máxima austeridad, busca talentos en la Comunitat.
El entorno familiar y valores como la inteligencia, la capacidad de aprendizaje o la humildad son las claves para que un niño llegue a ser futbolista de élite. A esa reflexión, tan sencilla y evidente como generalmente ignorada, ha llegado un estudio elaborado por un grupo de investigadores de la Facultad de Educación de la Universidad de Huelva que se sirvió de los procesos que han tenido que superar los jugadores de la actual selección española en la que, dicho sea de paso, el Valencia participa de forma bastante activa. Pero una cosa es que el Valencia esté muy presente en la selección española y otra bien distinta que jugadores formados en su Ciudad Deportiva lleguen a vestir la roja. ¿Aprovecha realmente el Valencia su cantera?
La respuesta a esa cuestión, como ocurre generalmente en fútbol, tiene un amplio abanico de matices. De lo que no hay duda es que cuando algo no se tiene en casa, toca buscarlo fuera. Con la economía de guerra que debe soportar la entidad, Fernando Gómez -un hombre que creció desde la base- se ve obligado a fichar gente que acabe contrato en otros clubes. Chori y Costa ya están curtiditos pero Fegouli acaba de cumplir 21, edad ideal para estar en el 'Mestalleta' (si lo tuviera en sus filas, claro).
Tras tomar el mando de la nave Manuel Llorente, la política deportiva de los equipos inferiores ha cambiado de manera importante. Se cerró el grifo para muchísimas cosas y entre ellas para la manera de trabajar de Paterna. La red de ojeadores blanquinegra que cubría el territorio español pasó a la historia. El tijeretazo ha traído consecuencias inmediatas. José Giménez y Ricardo Ballester coordinan el trabajo de media docena de buscadores de talentos de la tierra. «La idea es potenciar y encontrar sólo los futbolistas de la Comunidad Valenciana», explica Javier Cabello, que cumple a sus 35 años su segunda temporada al frente de la dirección deportiva. Sus diez años en la cantera villarrealenses le esculpieron hasta conectar con la filosofía pretendida actualmente por Fernando Gómez.
¿Puede pues el Valencia luchar contra canteras como la del Barça, por ejemplo? Ni de lejos. ¿Es mejor que canteras como la del Real Madrid, Espanyol, Atlético, Villarreal...? Puede que sí, puede que no. En el Camp Nou, donde presumen de tener tres barcelonistas criados en su cantera entre los cuatro candidatos a Balón de oro (Messi, Xavi, e Iniesta) manejan cifras casi de otra dimensión. La treintena de ojeadores que tienen dispersa por toda España extiende sus tentáculos mucho más allá de las fronteras, por eso hay chavalines en La Masía del Senegal, Nigeria, Camerún, Argentina, Grecia... El Valencia tiene una presencia casi testimonial en ese sector: un mauritano de 14 años y un australiano -cedido a otro equipo- de 17. Otro apunte y mucho más cercano. El Villarreal tiene en su residencia 95 futbolistas (tres veces más que el Valencia) y un total de 42 extranjeros. El hecho de traer gente de fuera, desde luego, no garantiza un mayor porcentaje de éxito pero sí un mercado mucho más amplio a la hora de hacer una apuesta con garantías.
Alejandro López Ufarte es uno de los técnicos que en la Comunitat mejor conoce a sus equipos por dentro. Ha trabajado en Levante, Villarreal, Castellón y Valencia. Su opinión resalta la nueva línea de trabajo valencianista. «Antes, cada entrenador iba a lo suyo, muchos sólo perseguían su propia promoción. Lo importante es conseguir buenos entrenadores y que, sobre todo, entiendan el estilo que se pretende. El Valencia está trabajando para conseguir una unificación en su estilo de juego».
Es precisamente este último apunte lo que hace de diferente esta nueva etapa en la escuela de las anteriores. Sigue en ese sentido la línea que se marcó hace bastantes años el Barcelona y que, en vista de los jugadores que actúan en el primer equipo, tan bien le ha ido. «Para formar jugadores lo mejor es hacerlo bajo un mismo perfil. Que todo el mundo trabaje más o menos igual», explica Cabello, en clara sintonía con el espíritu que busca Fernando. «Queremos -añade- que cada jugador aprenda a intervenir, y a tomar decisiones aunque sean arriesgadas durante un partido. Queremos ganar pero no a cualquier precio. No pretendemos rendimientos inmediatos pero a medio plazo va a salir gente».
El problema, y de eso es consciente el propio Cabello, es que en fútbol los proyectos a largo plazo son prácticamente inexistentes. De la escuela, pocos se suelen acordar y cuando popularmente alguien se acuerda es precisamente para darle azotes por la ausencia en el primer nivel de gente nacida en la base. Aún así, el consejo sí tira de resultados cada año a la hora de hacer el informe de gestión que se presenta a todos los accionistas en las asambleas. En el último informe presentado a la junta, el de la temporada 2008-09, dice así: «Siendo lo menos exigible, cabe destacar los buenos resultados a nivel colectivo de los equipos de la escuela».
Con el Valencia B sufriendo lo indecible -ayer volvió a perder- en Segunda B, la cuestión se pone cuesta arriba. «Sabíamos que íbamos a sufrir pero no tanto», se sincera Fernando Gómez, quizás consciente que las necesidades del primer equipo no pueden ser este año cubiertas con lo que hay detrás.
Otro punto de vista, el sicológico, y que no menciona Cabello en la conversación con LAS PROVINCIAS, lo argumenta José Carrascosa, que ya ha trabajado en anteriores épocas en la casa blanquinegra. «En una etapa de formación el desarrollo integral es fundamental. Los chavales deben tener un aprendizaje de valores y de habilidades de tipo personal como trabajar en equipo, soportar la frustración y saber competir. Barcelona, Madrid, Espanyol, Deportivo, Sevilla y Athletic, por ejemplo, tienen sicólogos». Todos buscan, con sus recursos, el nuevo Messi. El Valencia, otro David Villa.
Noticia de Las Provincias de J. CARLOS VALLDECABRES.-
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