Escrito por Las Provincias - Lunes 26 de Abril de 2010 07:15.
Lo que nadie quería pero todo el mundo temía se confirmó ayer. El Mestalla regresa a Tercera División. Su mala temporada, principalmente en casa, ha hecho que el paso por la Segunda B haya vuelto a ser efímero. Un año más, el filial ha sido el gran olvidado por los dirigentes del club y, como consecuencia, el de peor rendimiento de la escuela del club.
«No hemos cumplido las expectativas», afirma Óscar Fernández, su entrenador, cuya vinculación con el Valencia expira el 30 de junio. No quiere pensar en ello, aunque todo apunta a que no seguirá en el club y se especula con Vicente Mir como sustituto. «Prefiero que acabe la Liga y descansar, relajarme, porque ha sido el año más duro de mi carrera, he sufrido muchísimo y no se lo deseo ni a mi peor enemigo».
Desconoce las intenciones del club y ni siquiera sabe si desea continuar. «No lo sé... Quiero sentarme, relajarme, porque hay que pensar muchas cosas», añade un Óscar muy tocado anímicamente, que sólo quiere «acabar dando la cara, para no adulterar la competición».
Muchas son las causas que se puede enumerar como claves para el nuevo descenso del Mestalla. Su entrenador lamenta no haber sido «capaces de ganar en casa y mirando los números se ve». Le duele que «el equipo se ha dejado llevar» y entiende que en verano «no hubo acierto para ver que la Segunda División B es una categoría muy complicada.
De sus palabras se extrae que el equipo estuvo mal confeccionado por parte de los responsables de la parcela técnica, aunque Óscar no lo manifiesta abiertamente. Pero lo deja entrever. «Por ahí van los tiros. Esta es una categoría muy exigente y lo hemos notado. El nivel de la plantilla es el que había y la categoría era muy difícil».
En suma, que no se disponía del mínimo exigible como para circular por Segunda B. «La apuesta era arriesgada... Entre otras cosas, no hemos tenido un futbolista de más de ocho goles, somos la defensa más goleada y es complicado dar responsabilidad a chicos de 17 y 18 años que vienen de juveniles». Con semejantes mimbres, el desenlace se podía prever. Ha sido un filial en clara desventaja sobre los de otros clubes importantes en el fútbol español. «Me han comparado con el Espanyol B, el Mallorca B o el Barcelona B, cuando no hay nada en común. Estos son equipos jóvenes, pero todos cuentan con sus tres o cuatro jugadores veteranos, que aportan la necesaria experiencia como para no pasar apuros, es una ayuda importante de la que nosotros hemos carecido».
http://www.ciberche.net/otros/18521-el-mestalla-vuelve-a-hundirse-en-tercera
Lo que nadie quería pero todo el mundo temía se confirmó ayer. El Mestalla regresa a Tercera División. Su mala temporada, principalmente en casa, ha hecho que el paso por la Segunda B haya vuelto a ser efímero. Un año más, el filial ha sido el gran olvidado por los dirigentes del club y, como consecuencia, el de peor rendimiento de la escuela del club.
«No hemos cumplido las expectativas», afirma Óscar Fernández, su entrenador, cuya vinculación con el Valencia expira el 30 de junio. No quiere pensar en ello, aunque todo apunta a que no seguirá en el club y se especula con Vicente Mir como sustituto. «Prefiero que acabe la Liga y descansar, relajarme, porque ha sido el año más duro de mi carrera, he sufrido muchísimo y no se lo deseo ni a mi peor enemigo».
Desconoce las intenciones del club y ni siquiera sabe si desea continuar. «No lo sé... Quiero sentarme, relajarme, porque hay que pensar muchas cosas», añade un Óscar muy tocado anímicamente, que sólo quiere «acabar dando la cara, para no adulterar la competición».
Muchas son las causas que se puede enumerar como claves para el nuevo descenso del Mestalla. Su entrenador lamenta no haber sido «capaces de ganar en casa y mirando los números se ve». Le duele que «el equipo se ha dejado llevar» y entiende que en verano «no hubo acierto para ver que la Segunda División B es una categoría muy complicada.
De sus palabras se extrae que el equipo estuvo mal confeccionado por parte de los responsables de la parcela técnica, aunque Óscar no lo manifiesta abiertamente. Pero lo deja entrever. «Por ahí van los tiros. Esta es una categoría muy exigente y lo hemos notado. El nivel de la plantilla es el que había y la categoría era muy difícil».
En suma, que no se disponía del mínimo exigible como para circular por Segunda B. «La apuesta era arriesgada... Entre otras cosas, no hemos tenido un futbolista de más de ocho goles, somos la defensa más goleada y es complicado dar responsabilidad a chicos de 17 y 18 años que vienen de juveniles». Con semejantes mimbres, el desenlace se podía prever. Ha sido un filial en clara desventaja sobre los de otros clubes importantes en el fútbol español. «Me han comparado con el Espanyol B, el Mallorca B o el Barcelona B, cuando no hay nada en común. Estos son equipos jóvenes, pero todos cuentan con sus tres o cuatro jugadores veteranos, que aportan la necesaria experiencia como para no pasar apuros, es una ayuda importante de la que nosotros hemos carecido».
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