NOMBRE: Antonio Fuertes Pascual
NOMBRE FUTBOLÍSTICO: Fuertes
NACIONALIDAD: Español.
FECHA DE NACIMIENTO: 3 de
diciembre de 1929.
AÑOS: 85
años.
ALTURA: 1,72 cm.
PESO: 71 kg.
POSICIÓN: Delantero.
INTERNACIONAL: 1 vez con la Selección Española Absoluta.
TRAYECTORIA.
TEMPORADA
|
EQUIPO
|
División
|
Edad
|
PJ
|
PT
|
PC
|
Min
|
Gol
|
1944-1945
|
CD Mestalla.
|
Cam.Reg
|
15
|
|||||
1945-1946
|
CD Mestalla.
|
Cam.Reg
|
16
|
|||||
1946-1947
|
CD Mestalla.
|
3ª Div.
|
17
|
|||||
1947-1948
|
CD Mestalla.
|
2ª Div.
|
18
|
|||||
1948-1949
|
CD Mestalla.
|
2ª Div.
|
19
|
|||||
1949-1950
|
Valencia CF.
|
1ª Div.
|
20
|
23
|
23
|
23
|
2070
|
7
|
1950-1951
|
Valencia CF.
|
1ª Div.
|
21
|
17
|
17
|
16
|
1503
|
3
|
1951-1952
|
CD Mestalla.
|
2ª Div.
|
22
|
|||||
1952-1953
|
Valencia CF.
|
1ª Div.
|
23
|
29
|
29
|
29
|
2610
|
15
|
1953-1954
|
Valencia CF.
|
1ª Div.
|
24
|
24
|
24
|
24
|
2160
|
10
|
1954-1955
|
Valencia CF.
|
1ª Div.
|
25
|
24
|
24
|
24
|
2160
|
5
|
1955-1956
|
Valencia CF.
|
1ª Div.
|
26
|
14
|
14
|
13
|
1255
|
7
|
1956-1957
|
Valencia CF.
|
1ª Div.
|
27
|
14
|
14
|
14
|
1260
|
4
|
1957-1958
|
Valencia CF.
|
1ª Div.
|
28
|
24
|
24
|
24
|
2160
|
3
|
1958-1959
|
Valencia CF.
|
1ª Div.
|
29
|
17
|
17
|
17
|
1530
|
4
|
1959-1960
|
Elche CF.
|
1ª Div.
|
30
|
26
|
26
|
26
|
2340
|
8
|
1960-1961
|
Elche CF.
|
1ª Div.
|
31
|
25
|
25
|
25
|
2250
|
3
|
TOTALES
|
237
|
237
|
235
|
21298
|
69
|
TITULOS.
Copa Eva Duarte con
el Valencia CF, en la temporada 1949/1950.
Copa del Rey con el
Valencia CF, en la temporada 1953/1954.
Campeón de 2ª
División con el CD Mestalla en la temporada 1951/1952.
NOTAS.
Tuvo un hermano Luis
Fuertes Pascual, que jugó en 2ª división con el Córdoba CF, AT Baleares,
Ontinyent CF y Calvo Sotelo en los años 60.
BIOGRAFÍA.
No hay datos
objetivos para clasificar a los jugadores del Valencia CF atendiendo a la
fuerza del carácter, pero, según todos los sondeos, el primer premio se lo
llevaría Antonio Fuertes, hombre de la casa que, a los 15 años, vio como Rino
se presentaba en Benimámet para convencer a su familia. Pasó por todos los
grados con precocidad y sobresalientes (subcampeón nacional de aficionados,
campeón de Tercera y Segunda con el Mestalla fundacional) y aún tenía edad de
bachiller cuando, presentado con el primer equipo en La Línea, se empeñó en
tirar un penalty. Fue el peor de su vida, pero nadie tuvo corazón para censurárselo.
Tras dos temporadas
en Primera, se empeñó en volver al Mestalla porque Quincoces no lo ponía, y fue
el alma de aquel ascenso al que se renunció. Tras el doctorado se implantó en
el primer equipo. Ocupó las cinco posiciones del ataque, preferentemente de
interior derecho y asociado a Mañó. Escartín, que le hizo internacional A
contra Argentina (jugó otros dos partidos en la selección B), veía en él a un
delantero centro de lujo. Sin embargo, en todos los puestos hizo de Fuertes,
para lo bueno y para lo malo.
Lo bueno era su
voluntad de ganar, unido a la facilidad natural para llevar la pelota, al
dribling (puede que uno de sus goles, en la Rosaleda, ostente el récord de
rivales burlados) y al descaro. Reventó en la final copera de 1954, donde en media
hora terrible demolió él solo al Barcelona con dos goles y una asistencia de
bandera. Lo malo estaba en los excesos de carácter, que le volvían protestón
con los árbitros, provocador con los contrarios e indisciplinado con los
entrenadores. Contra el La Salle venezolano, en la Pequeña Copa del Mundo,
organizó en pleno campo tal zapatiesta contra la táctica de Iturraspe y contra
Pasieguito, que la obedecía (Cubells, secretario técnico, se puso del lado de
Fuertes), que el descanso se convirtió en un festival de la dimisión y el cese.
El amor propio le
obligaba a ser veloz cuando le iba mejor el juego reposado, y el afán de estar
en todas partes le agotaba antes de hora. Como casi todas las figuras de su
tiempo, dividió a la grada en entusiastas y detractores, pero nadie dio tantos
argumentos simultáneos a los dos bandos. Tras cebarse dentro y fuera del
reglamento contra el Sevilla, en una virulenta semifinal de Copa, los andaluces
le anunciaron que no saldría vivo del campo, mas Helenio Herrera se lo llevó al
vestuario para pedir a sus jugadores que tomasen ejemplo.
Su rivalidad con
Wilkes, supuestamente derivada de la imposibilidad de jugar con dos balones,
tuvo un fundamento más periodístico que personal, porque cada uno admiraba al
otro. Con la treintena se fue al Elche, recién ascendido, y tuvo un epílogo
regional, pero no rebajó el genio ni siquiera con la retirada
DATOS DE.
http://www.ciberche.net.
http://www.bdfutbol.com/es/j/j14719.html
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