Por la Ciudad Deportiva de Paterna han pasado tantos directores deportivos y tantos entrenadores del Mestalla en tan pocos años que es impensable pensar que todos tienen una idea de cantera común.Para qué quieren los clubes una cantera? En teoría para que aporte jugadores de nivel al primer equipo. Desde este punto de vista mercantilista en lo que a productividad futbolística se refiere, la mejor cantera ahora es la del Barcelona, porque aporta jugadores al primer equipo que le sirven para competir dentro de los objetivos que el Barcelona de Guardiola se propone. Hay en cambio otras canteras que también producen futbolistas de excelente nivel cuyos clubes no saben aprovechar y cuyo caso paradigmático es el caso del Madrid con futbolistas como Mata, Negredo o Granero.
Estamos ante un problema del club y su funcionamiento a través de los distintos presidentes y la manera ´fichadora´ de entender el fútbol —como Calderón y Florentino—. No estamos ante un problema de productividad de la cantera, es un problema estructural del club y la constatación de cómo la toma del poder y las promesas electorales influyen en la planificación deportiva posterior. En ese sentido, probablemente la cantera del Real Madrid sea mejor en la captación pero luego no tiene tan claro, como sí lo tiene la del Barcelona, qué hacer con los jugadores captados y su posterior formación.
Bajo esta premisa, parece evidente que la cantera del Valencia es mejor que la del Villarreal —ya les adelanto que ver la situación del filial amarillo y ver la del filial blanquinegro me ha llevado a estas reflexiones—, pero aunque tenga una base lógica y aplastante, lo cierto es que limitar el debate a la cantidad de jugadores que llegan al primer equipo puede llevarnos a una conclusión errónea, porque, llegado ese punto, hay muchas variables que se escapan al trabajo de cantera; básicamente depende de si la directiva y el entrenador se atreven o de si tienen paciencia. Por ello creo que si en el Valencia alguien limita el debate a esta variable para autoconvencerse de que la cantera del Valencia es mejor, lo que está haciendo es no querer ver la realidad porque más allá de la productividad, conviene analizar una escuela de fútbol desde el punto de vista de la continuidad en una misma idea.
Ahí es donde el Valencia se queda sin argumentos. Dicho de otra manera; demasiados directores de escuela en pocos años y demasiados entrenadores del Mestalla en pocos años. El Villarreal sí tiene un objetivo y una idea muy clara de cómo funciona y cómo debe funcionar y eso, lamentablemente, no podemos decirlo de la cantera del Valencia, a quien le están pasando factura irremediablemente las barbaridades sociales y económicas que ha sufrido el club en los últimos años. La realidad es que la cantera del Villarreal se beneficia de la tranquilidad institucional que vive el club, algo impensable a orillas de Mestalla. Sólo barruntar ahora en la posibilidad de que el Valencia tenga un filial a la manera y semejanza del Villarreal B es poco menos que ciencia ficción. Y no es sólo un problema económico.
Siendo exagerados, casi podríamos decir que milagrosamente la cantera del Valencia funciona, produce jugadores muy válidos para el primer equipo y produce jugadores de fútbol —es una evidencia y no hay más que repasar las plantillas para ver que jamás había habido tanto futbolista en los equipos de primera y segunda división que al menos haya pasado por Paterna—, pero alguien debe sentarse con otro alguien, establecer un modelo y ponerlo en práctica con una fe inquebrantable.
Toca admitir errores y si fuera así, asumir años duros y de sequía en la recolecta, pero dejemos de mirar hacia abajo, el problema de la cantera del Valencia —que lo tiene— no se soluciona mirando hacia Paterna, se soluciona mirando arriba —que es donde se toman las decisiones— y aunque nos duela admitirlo, mirando hacia Castellón si hace falta. Y si hay algo que copiar, se copia.Noticia Superdeporte. Carlos Bosch.
Estamos ante un problema del club y su funcionamiento a través de los distintos presidentes y la manera ´fichadora´ de entender el fútbol —como Calderón y Florentino—. No estamos ante un problema de productividad de la cantera, es un problema estructural del club y la constatación de cómo la toma del poder y las promesas electorales influyen en la planificación deportiva posterior. En ese sentido, probablemente la cantera del Real Madrid sea mejor en la captación pero luego no tiene tan claro, como sí lo tiene la del Barcelona, qué hacer con los jugadores captados y su posterior formación.
Bajo esta premisa, parece evidente que la cantera del Valencia es mejor que la del Villarreal —ya les adelanto que ver la situación del filial amarillo y ver la del filial blanquinegro me ha llevado a estas reflexiones—, pero aunque tenga una base lógica y aplastante, lo cierto es que limitar el debate a la cantidad de jugadores que llegan al primer equipo puede llevarnos a una conclusión errónea, porque, llegado ese punto, hay muchas variables que se escapan al trabajo de cantera; básicamente depende de si la directiva y el entrenador se atreven o de si tienen paciencia. Por ello creo que si en el Valencia alguien limita el debate a esta variable para autoconvencerse de que la cantera del Valencia es mejor, lo que está haciendo es no querer ver la realidad porque más allá de la productividad, conviene analizar una escuela de fútbol desde el punto de vista de la continuidad en una misma idea.
Ahí es donde el Valencia se queda sin argumentos. Dicho de otra manera; demasiados directores de escuela en pocos años y demasiados entrenadores del Mestalla en pocos años. El Villarreal sí tiene un objetivo y una idea muy clara de cómo funciona y cómo debe funcionar y eso, lamentablemente, no podemos decirlo de la cantera del Valencia, a quien le están pasando factura irremediablemente las barbaridades sociales y económicas que ha sufrido el club en los últimos años. La realidad es que la cantera del Villarreal se beneficia de la tranquilidad institucional que vive el club, algo impensable a orillas de Mestalla. Sólo barruntar ahora en la posibilidad de que el Valencia tenga un filial a la manera y semejanza del Villarreal B es poco menos que ciencia ficción. Y no es sólo un problema económico.
Siendo exagerados, casi podríamos decir que milagrosamente la cantera del Valencia funciona, produce jugadores muy válidos para el primer equipo y produce jugadores de fútbol —es una evidencia y no hay más que repasar las plantillas para ver que jamás había habido tanto futbolista en los equipos de primera y segunda división que al menos haya pasado por Paterna—, pero alguien debe sentarse con otro alguien, establecer un modelo y ponerlo en práctica con una fe inquebrantable.
Toca admitir errores y si fuera así, asumir años duros y de sequía en la recolecta, pero dejemos de mirar hacia abajo, el problema de la cantera del Valencia —que lo tiene— no se soluciona mirando hacia Paterna, se soluciona mirando arriba —que es donde se toman las decisiones— y aunque nos duela admitirlo, mirando hacia Castellón si hace falta. Y si hay algo que copiar, se copia.Noticia Superdeporte. Carlos Bosch.
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