El Reus más previsible sufre la segunda derrota en el Estadi ante el Mestalla. Los rojinegros ofrecen su peor versión y no pueden ante un rival más eficaz. La expulsión de Colorado obliga al equipo a jugar con diez durante 25 minutos
La Segunda B anda loca de remate. Nadie concede nada. Cualquier resfriado se castiga. El Reus lo pilló ayer. Exhibió un aspecto gélido y pálido. Un fútbol repleto de monotonía. Curioso. Hay poco respeto a las dinámicas. No pareció que el Mestalla cargara con tres derrotas consecutivas a sus espaldas. No pareció que el Reus disfrutara de cinco semanas de sonrisas.
Simplemente, ayer el equipo no fue él. No hay que darle más rodeos. Las mejores versiones de sus futbolistas no aparecieron por el Estadi. En el aspecto colectivo no emergió el juego combinativo que ha distinguido a este grupo. Costó dar dos pases seguidos. Tampoco ayuda el campo, poco agradable, incómodo para los ‘artistas’. El bote de la pelota se asemeja al conejo más supersónico del mundo. En todo caso, los de Natxo no pueden arroparse en esa coartada para analizar su actuación deficiente.
Ésta les hace perder el trono más prestigioso. El dominio en solitario del grupo. El liderato sigue en plan montaña rusa. Nadie consigue consolidarse. Da la sensación de que a los aspirantes les ha cogido el mal de altura. Cuando se ponen en primera fila, les entra el vértigo. Por lo menos, los rojinegros mantienen privilegio entre los cuatro primeros. El lugar en el que siempre desean estar.
El Mestalla tampoco ofreció repertorio lujoso. Si el partido no sirvió caviar fue porque ninguno de los dos protagonistas quiso. O, por lo menos, pudo. El filial del Valencia halló el éxito porque acertó en el momento justo. Encontró lo más decisivo en el fútbol; la eficacia. Vio a Edgar Badia una vez con claridad y culminó. Anotó Nacho Gil en el arranque del segundo acto. El gol tuvo mucho que ver con el partido. Poco estético. Gil recogió una pelota mordida en el segundo palo tras varios rechaces. Imposible para Edgar.
Antes, la pelea se había perdido entre la confusión y la frustración. Nadie pudo tomar el gobierno del juego. Ninguno mandó con autoridad. Eso sí, el Reus se acercó a la gloria en la primera acción. Olmo controló una pelota en la cueva y levantó la cabeza. Necesitó de una cinta métrica para enviar el pase que envió. Excelso. Cargado de belleza. En 40 metros. Sellarès le marcó el movimiento y esa pelota le cayó en ventaja. Siempre por delante. Le dejó mano a mano ante Álex. Sellarès disparó al muñeco.
Álex tomaría un papel definitivo en el partido. A pesar del mal aspecto del Reus, sus intervenciones de urgencia impidieron el premio rojinegro.
El arquero visitante se guardó el mejor repertorio para el final de la historia. Ya no se le vio en el primer parcial. Tampoco a Edgar Badia. El bagaje ofensivo del Reus terminó en un disparo de falta directa de Colorado, algo desviado, y en un centro de Xisco que no alcanzó Fran Carbia. La poca continuidad y la falta de fluidez provocaron algún que otro bostezo en el Estadi, aunque la esperanza seguía intacta.
Ésta se esfumó cuando se dibujó el peor escenario posible en el momento menos adecuado. El Mestalla acudió al gol a los 53 minutos gracias a Nacho Gil. No se trata del futbolista más físico del mundo, pero fue el más inteligente. Cazó una pelota absurda antes de que se perdiera por línea de fondo y definió nadie sabe muy bien cómo. Fue gol, al fin y al cabo.
No sólo hubo que gestionar este golpe. Álex Colorado vio la segunda amarilla con poco más de 25 minutos por delante y el Reus se quedó huérfano. Se encomendó al único clavo ardiendo posible. Suele ocurrir en estos casos. Se llama épica.
En manos de la épica
Natxo soltó artillería en las rotaciones. Vítor, Jorge y Edgar Hernández, para cambiar la dinámica. El desequilibrio fue cosa de Jorge, especialmente lúcido. No le hizo falta tiempo para sentirse protagonista. Decidió que era su momento. Cada vez que desafiaba en el uno contra uno generaba dolor de cabeza en el rival. Sirvió para que Sellarès culminara con la pelea agonizando. Álex soltó, desde el suelo, una mano milagrosa para evitar el empate. Edgar Hernández tuvo la última en un arreón final poderoso del Reus. En boca de gol, su remate se estrelló en un defensor. El desenlace ya se había escrito. Voló el liderato de una Segunda B loca de remate.
Ficha Técnica
CF Reus. Edgar Badia, Cassamá (Edgar Hernández, 78’) Marín, Olmo, Moyano, Colorado, Delgado, Xisco, Masqué (Jorge, 71’), Carbia (Vítor, 63’) y Sellarès
VCF Mestalla. Álex Sánchez, Vidal, Ruíz, Tendillo, Ayala, Zahibo, Nando, Tropi, Álex López (Jorge Muñoz, 78’), Iban (Cano 58’) y Nacho Gil (Leuko, 84’)
Goles.
0-1, Nacho Gil (53’)
Árbitro.
Galech Apezteguia. Expulsó por doble amarilla a Colorado (67’). Amonestó a Xisco, Jorge, Rubén Cano e Ibán.
Incidencias.
Unos 1.300 espectadores en el Estadi municipal.
Marc Libiano Pijoan
http://www.diaridetarragona.com/deportes/34636/se-apago-la-luz-cf-reus-01-valencia-mest
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