Mestalla volvió a convencer con su juego y, lo más importante, ganó el primer partido en la categoría que se le resistía pese a merecerlo en anteriores jornadas. El filial fue superior al Ontinyent que, pese a ir 3-0 por debajo, no le perdió la cara al encuentro lo que le da más valor a los tres puntos sumados esta mañana de domingo, 18, en el Mini Estadi de la Ciudad Deportiva.
Los blanquinegros, que jamás renuncian a su estilo, arrancaron con su juego combinativo y encontraron pronto su recompensa en el minuto nueve, con la diana de Bernat, tras una gran incorporación de Pardo al ataque, driblando hasta a tres defensores, con su apertura perfecta a Juan, cuyo centro-chut sorprendió a Alberto.
Con la ventaja momentánea, el filial buscó aumentarla y, a renglón seguido, en otra sensacional jugada por banda, Adrián Lluna puso un centro a boca de gol, donde no pudo llegar por muy poco Alcácer. Pero los encuentros del Mestalla no se definen por contar con viento a favor y Saúl, al cuarto de hora de juego, se lesionó, torciéndose su tobillo, tras chocar con un atacante rival. Adrián Lluna, guardameta reserva, se reintegró al juego, sin tiempo para meterse en el mismo cuando ya se encontraba bajo palos, pero sus apariciones fueron prodigiosas. Nuestro equipo estaba cerca del 2-0 en el casillero y, en otra magnifica jugada trenzada, Adrián Cuevas la finiquitó con un gran testarazo, pero se topó con la estirada imposible de Alberto.
El ritmo del conjunto de Mir no bajaba y, por fin, a la media hora otra enorme combinación hilada en ataque en un cuero destinado a Alcácer, pudo marcar pero decidió cederle el cuero a Cuevas, para que se resarciera de su posibilidad anterior, y marcase a puerta vacía. El choque, no obstante la holgada distancia, estaba muy vivo, el Ontinyent no se conformaba con la misma aunque se encontró por primera vez con Adrián Lluna, al borde del descanso, en un momento psicológico, tras sacarle una bola en el uno contra uno ante Diego Alegre en una intervención que puso en pie a todo el público del Mini Estadi.
Tras el descanso, el Ontinyent achicó líneas con el objetivo de cercar la meta blanquinegra y el juego se rompió por la mitad, con el filial encontrando bien los espacios bajo el mando de Miñano, excelente toda la jornada. El fútbol era de ida y vuelta, y Adrián Lluna tuvo que aparecer en una jugada similar a su intervención anterior, en la que templó nervios, aguantó a Kikín y le sacó el balón con otra mano sensacional, con otro posterior despeje. El Ontinyent ya había dispuesto de oportunidades, mientras que el filial, en su línea de juego, había aprovechado las suyas y tenía en Paco Alcácer su principal punta de lanza en su doble objetivo de fijar la zaga contraria y recibir balones al espacio. Precisamente, Alcácer, el ‘killer’ del Mestalla aprovechó una enorme asistencia de Miñano, dribló a Alberto en un palmo de terreno y marcó el que ya era definitivo gol a puerta vacía en el minuto 64.
La goleada hizo mella sobre el rival y en los siguientes minutos estuvo más cerca el cuarto, sobre todo cuando los cueros divididos caían al lado valencianista y tenía la posibilidad de montar el contraataque, con Bernat como puñal por la banda izquierda, imposible de parar por la defensa rival. A falta de 10 minutos, los de Mir contemporizaron con el resultado y no se encontraban del todo incómodos aguantando las acometidas del Ontinyent que, no obstante, encontró premio a su persistencia cuando el encuentro agonizaba tras una acción a balón parado. Con el pitido final, el público, numeroso, que poblaba las gradas del Mini Estadi, agradeció la entrega del VCF – Mestalla por su entrega, gusto por el buen juego cuya recompensa, como la lógica indica, es alcanzar el triunfo. Gran fin de semana, pues, para el valencianismo.
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