Once años después, el IFK Göteborg volvía hace apenas un mes (recordemos que la Allsvenskan, Liga Sueca, discurre desde abril hasta octubre) a alzarse con el título de campeón de liga en Suecia. El club del Ullevi, que del año 90 al 96 se alzó con seis títulos ligueros, se convierte así en el segundo club con más entorchados de Suecia (sólo por detrás del Malmö), sobrepasando al Norrkköping, otro histórico en horas muy bajas. Además, el Göteborg es el único club de Suecia que ostenta un título europeo, merced a las dos Copas de la UEFA conquistadas en 1982 y en 1987.
Pocas veces podrá decirse que un jugador que sólo ha podido disputar media temporada sea el gran artífice del éxito liguero de un club. Es el caso de Marcus Berg, apenas un imberbe en un Göteborg trufado de ilustres veteranos (Niclas Alexandersson, Stefan Selakovic, …). El joven delantero sueco (21 años) sólo pudo disputar 17 partidos de Liga con el Göteborg antes de su marcha al Groningen holandés el pasado mes de agosto. 17 partidos que fueron suficientes para coronarse como máximo goleador del campeonato con 14 dianas, ante las que nada pudieron hacer los principales rivales de su ex equipo en la carrera por el título. Como el Cid Campeador, Berg ayudó a los suyos a vencer batallas a pesar de su ausencia. No obstante, si la liga hubiera durado un mes más, a estas alturas estaríamos muy probablemente hablando de que el Göteborg había perdido, a manos del Djurgarden, un título que tenía en la mano. El bajón en el juego del equipo blanquiazul tras la marcha de su joven estrella ha sido más que evidente.
Marcus Berg llegó a la plantilla del IFK Göteborg en la temporada 2003/2004, pero no ha sido hasta la recientemente concluida campaña cuando ha eclosionado de manera definitiva. Sin ser un ‘9′ nato, sin ser un delantero de área, sí que es un jugador de gran movilidad, casi más un segundo delantero por sus movimientos. Destaca por su facilidad para el juego aéreo, más que por su envergadura por su magnífica potencia de salto que le permite elevarse por encima de defensas más altos que él.
Es, pese a su juventud, un jugador muy frío dentro del área, lo que le hace tener unos buenos porcentajes de acierto en el uno contra uno frente al portero rival. Además, y sin ser la velocidad punta su principal arma y sin ser un jugador dotado de una potencia en carrera especialmente destacable, sí que resulta lo suficientemente veloz en los metros finales como para desbordar defensas en distancias cortas.
Como comentábamos, Berg fue fichado el pasado mes de agosto por el Groningen holandés, como sustituto de la gran figura del equipo, el uruguayo Luis Suárez, fichado por el todopoderoso Ajax el pasado verano. Los más de tres millones de euros abonados por el futbolista sueco dan una idea acerca de las esperanzas que en la ciudad del norte del país tienen depositadas en el ex jugador del Göteborg. De momento, Berg lleva anotados un total de seis goles en trece partidos de liga (los dos últimos el pasado domingo, en la victoria del Groningen ante el Feijenoord, 3-2). Dos de esos goles (curiosamente, los dos de cabeza), quizá los que han servido a Berg como tarjeta de presentación en Holanda, fueron conseguidos en el empate a dos que el Groningen consiguió sacar del Amsterdam Arena en la tercera jornada de liga. Suficiente bagaje para que se empiece a rumorear que la secretaría técnica ajaccied tiene los ojos puestos en el joven sueco de cara a su posible incoporación la temporada que viene.
Pocas veces podrá decirse que un jugador que sólo ha podido disputar media temporada sea el gran artífice del éxito liguero de un club. Es el caso de Marcus Berg, apenas un imberbe en un Göteborg trufado de ilustres veteranos (Niclas Alexandersson, Stefan Selakovic, …). El joven delantero sueco (21 años) sólo pudo disputar 17 partidos de Liga con el Göteborg antes de su marcha al Groningen holandés el pasado mes de agosto. 17 partidos que fueron suficientes para coronarse como máximo goleador del campeonato con 14 dianas, ante las que nada pudieron hacer los principales rivales de su ex equipo en la carrera por el título. Como el Cid Campeador, Berg ayudó a los suyos a vencer batallas a pesar de su ausencia. No obstante, si la liga hubiera durado un mes más, a estas alturas estaríamos muy probablemente hablando de que el Göteborg había perdido, a manos del Djurgarden, un título que tenía en la mano. El bajón en el juego del equipo blanquiazul tras la marcha de su joven estrella ha sido más que evidente.
Marcus Berg llegó a la plantilla del IFK Göteborg en la temporada 2003/2004, pero no ha sido hasta la recientemente concluida campaña cuando ha eclosionado de manera definitiva. Sin ser un ‘9′ nato, sin ser un delantero de área, sí que es un jugador de gran movilidad, casi más un segundo delantero por sus movimientos. Destaca por su facilidad para el juego aéreo, más que por su envergadura por su magnífica potencia de salto que le permite elevarse por encima de defensas más altos que él.
Es, pese a su juventud, un jugador muy frío dentro del área, lo que le hace tener unos buenos porcentajes de acierto en el uno contra uno frente al portero rival. Además, y sin ser la velocidad punta su principal arma y sin ser un jugador dotado de una potencia en carrera especialmente destacable, sí que resulta lo suficientemente veloz en los metros finales como para desbordar defensas en distancias cortas.
Como comentábamos, Berg fue fichado el pasado mes de agosto por el Groningen holandés, como sustituto de la gran figura del equipo, el uruguayo Luis Suárez, fichado por el todopoderoso Ajax el pasado verano. Los más de tres millones de euros abonados por el futbolista sueco dan una idea acerca de las esperanzas que en la ciudad del norte del país tienen depositadas en el ex jugador del Göteborg. De momento, Berg lleva anotados un total de seis goles en trece partidos de liga (los dos últimos el pasado domingo, en la victoria del Groningen ante el Feijenoord, 3-2). Dos de esos goles (curiosamente, los dos de cabeza), quizá los que han servido a Berg como tarjeta de presentación en Holanda, fueron conseguidos en el empate a dos que el Groningen consiguió sacar del Amsterdam Arena en la tercera jornada de liga. Suficiente bagaje para que se empiece a rumorear que la secretaría técnica ajaccied tiene los ojos puestos en el joven sueco de cara a su posible incoporación la temporada que viene.
Europeo Sub 21: Marcus Berg, la primera ‘perla’ en brillar
Lo analizamos con calma y avisamos del poderío ofensivo que tenía el anfitrión. Muchos centímetros, fuerza física, potencia pero también calidad y técnica. Una mezcla que puede ser clave a lo largo de un torneo o pasar inadvertida sin la defensas rivales se muestran a buen nivel, aunque el machete siempre está listo para castigar a los más débiles y de eso puede dar buena cuenta Bielorrusia. Debutó Suecia en ‘su’ Europeo Sub 21, ante un público entregado que abarrotó los graderíos de Malmo y con las mejores sensaciones posibles. Goleada (5-1) (video en la segunda parte de Berg), pegada letal, alternativas ofensivas y dos puñales inspirados fueron suficientes recursos como para desarbolar el atrevimiento inicial de los ex soviéticos y recordarles que en suelo escandinavo esos ‘gigantes’ amarillos buscan su primer gran título en categorías inferiores.
Curiosamente y quizás para hacerles reaccionar, Bielorrusia empezó mucho más inspirado, concentrado y confiado en sus posibilidades. Mucha profundidad, apariciones de su mejor hombre (Krivets) y serenidad con la posesión de la pelota mientras los suecos se perdían una y otra vez en balones largos y precipitación. A la media hora el guión se fracturó irremediablemente y desde unos 30 metros, tras una jugada del citado Krivets (estrella del BATE), el organizador Kislyak se sacó un disparo terrible que sorprendió a todos por su potencia y acabó en la red de un Dahlin que no volvería a tener trabajo.
Tuvo que ser el gol, la necesidad y la desventaja que hacía temer la sorpresa. Suecia se entonó, sacó carácter y en apenas cinco minutos dio la vuelta al marcador. Primero con un disparo de Elm que desvió Martynovich y después con el primero de la tarde para la estrella escandinava, Berg. El del Groningen se movió entre líneas y llegando desde atrás, se marchó en un par de toques de tres defensores y batió por bajo con puntea sutil a Chesnovski. Bielorrusia había hecho enfurecer a la marea amarilla y acabó pagándolo en una tarde de exhibición para Berg. El delantero, con mucha movilidad, remate e inteligencia, ganó una vez tras otra la lucha a sus marcadores y encontró en su pareja de baile, el gigante Toivonen, al mejor asistente porque sus dos siguientes goles (no perderse en tercero de la tarde en un pase largo y volea según le llegó), llevaron media firma del prometedor punta del PSV. Finiquitó la fiesta de la Fotbollslandslaget un zapatazo formidable de Svensson, que reflejaba la capacidad goleadora de los suecos.
En sus dos únicas apariciones en fases finales del Europeo Sub 21, Suecia siempre ha tenido una pareja de delanteros de renombre que acabó ganándose un hueco en el panorama europeo. En 1992, su mejor torneo hasta la fecha, la pareja la formaban Tomas Brolin y Keneth Andersson, dos referentes goleadores de la época que encontraron continuación una década después ya que en 2004 el dúo de ‘killers’ lo ocuparon Elmander y Rosenberg. Ahora, con máxima esperanza y todas las opciones abiertas, Berg y Toivonen quieren seguir con buena nota esa dinastía del gol.
Curiosamente y quizás para hacerles reaccionar, Bielorrusia empezó mucho más inspirado, concentrado y confiado en sus posibilidades. Mucha profundidad, apariciones de su mejor hombre (Krivets) y serenidad con la posesión de la pelota mientras los suecos se perdían una y otra vez en balones largos y precipitación. A la media hora el guión se fracturó irremediablemente y desde unos 30 metros, tras una jugada del citado Krivets (estrella del BATE), el organizador Kislyak se sacó un disparo terrible que sorprendió a todos por su potencia y acabó en la red de un Dahlin que no volvería a tener trabajo.
Tuvo que ser el gol, la necesidad y la desventaja que hacía temer la sorpresa. Suecia se entonó, sacó carácter y en apenas cinco minutos dio la vuelta al marcador. Primero con un disparo de Elm que desvió Martynovich y después con el primero de la tarde para la estrella escandinava, Berg. El del Groningen se movió entre líneas y llegando desde atrás, se marchó en un par de toques de tres defensores y batió por bajo con puntea sutil a Chesnovski. Bielorrusia había hecho enfurecer a la marea amarilla y acabó pagándolo en una tarde de exhibición para Berg. El delantero, con mucha movilidad, remate e inteligencia, ganó una vez tras otra la lucha a sus marcadores y encontró en su pareja de baile, el gigante Toivonen, al mejor asistente porque sus dos siguientes goles (no perderse en tercero de la tarde en un pase largo y volea según le llegó), llevaron media firma del prometedor punta del PSV. Finiquitó la fiesta de la Fotbollslandslaget un zapatazo formidable de Svensson, que reflejaba la capacidad goleadora de los suecos.
En sus dos únicas apariciones en fases finales del Europeo Sub 21, Suecia siempre ha tenido una pareja de delanteros de renombre que acabó ganándose un hueco en el panorama europeo. En 1992, su mejor torneo hasta la fecha, la pareja la formaban Tomas Brolin y Keneth Andersson, dos referentes goleadores de la época que encontraron continuación una década después ya que en 2004 el dúo de ‘killers’ lo ocuparon Elmander y Rosenberg. Ahora, con máxima esperanza y todas las opciones abiertas, Berg y Toivonen quieren seguir con buena nota esa dinastía del gol.
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